Veintitrés. Esa es la cantidad de reuniones a las que asistí la semana pasada, incluidas cuatro llamadas nocturnas entre semana y una reunión de la junta directiva a las 2:00 a.m. Después de mi semana de reuniones consecutivas, tomé un avión de Chicago a Tokio en un viaje internacional de dos semanas. Mi agenda como presidente y director ejecutivo de una empresa industrial de manufactura está más que llena, y mis días de trabajo, la mayoría de las veces, se convierten en noches de trabajo, pero, a pesar de la agenda interminable, puedo decir honestamente que no lo cambiaría por nada.
Para mí, dirigir una empresa global es algo intrínsecamente apasionante. También es desafiante, frustrante, estimulante y fascinante, a veces, todo en el mismo día. Puedo liderar a mi equipo en territorio desconocido e idear soluciones a problemas complejos, y (creo) que hay mucha diversión en todo esto.
Algunos de esos problemas complejos me quitan el sueño y, con el objetivo de compartir una visión de la agitada vida de un director ejecutivo en una empresa global, los siguientes son algunos de los desafíos más grandes (y algunas oportunidades) que tengo en este momento.
Dado que operamos en varios países del mundo, tengo que seguir de cerca los cambios políticos que ocurren en cada uno de esos países. En Estados Unidos, por ejemplo, se acercan las elecciones y tengo que anticipar cualquier cambio de políticas que venga con los cambios en el Congreso y la presidencia. Al preparar nuestra estrategia se deben tener en cuenta los aranceles y las facilidades para el comercio al igual que su impacto en nuestra cadena de suministro. Ya que no podemos controlar los cambios que se avecinan, tenemos que desarrollar planes de contingencia y soluciones alternativas, incluyendo regresar al país o reubicar en el extranjero parte de nuestras operaciones.
Una cosa que es cierta en una empresa global es que las sorpresas pueden acechar en cualquier esquina y debemos planificar para eventos imprevistos que puedan afectar nuestro negocio. Esto nunca fue más evidente que durante la pandemia de COVID-19. Desde una perspectiva de manufactura, hemos hecho mucho para mitigar las interrupciones de la cadena de suministro integrando, de manera vertical, nuestras operaciones en la medida de lo posible. La pandemia nos enseñó mucho sobre cómo optimizar nuestros canales de suministro para tener más control de nuestro destino. Esta mayor autosuficiencia definitivamente me ayuda a dormir (un poco) mejor por la noche, pero siempre hay escenarios cambiantes a considerar.
En Estados Unidos existe una gran demanda de mano de obra calificada. Encontrar empleados calificados es una lucha interminable. En una organización global, ese problema se puede cuadriplicar. Si bien cada región tiene su propio conjunto de desafíos, en conjunto, la mano de obra es un problema, y uno de gran importancia.
Según un estudio reciente de Indeed, algunas de las tendencias económicas que afectan el mercado laboral de 2024 en los EE. UU. incluyen la demanda laboral constante, la afluencia de trabajadores más jóvenes y el crecimiento de la IA que impulsa la productividad. Hay mucho que navegar. Su fuerza laboral puede ser desproporcionadamente más joven y menos experimentada, pero será más productiva gracias a la proliferación de la IA. Darle sentido a todo esto e incorporarlo en la estrategia general de la empresa puede ser complicado. Tenemos grandes ideas y grandes planes; pero, ¿contamos con las personas adecuadas para ejecutar esos planes de manera eficaz?
Uno de los grandes beneficios de una empresa global es el acceso a ideas únicas y diversas. Dado que nuestros clientes son globales, no podemos permitirnos tener una visión limitada de nuestra empresa y de nuestra industria. Acceder a los aportes de nuestros colegas regionales es vital, pero, encontrar formas de fomentar la colaboración entre muchas culturas e idiomas es un obstáculo considerable. En mi organización, hemos trabajado mucho en el ámbito de la diversidad, equidad e inclusión (DEI) para garantizar que la voz de todos no solamente sea escuchada, sino también comprendida. Implementamos un programa sencillo de inglés para alentar a los compañeros de equipo a hablar utilizando un lenguaje claro y simplificado. Apoyamos una cultura donde las preguntas de comprensión no solo se esperan, sino que se fomentan. También contamos con un programa sólido para nuestros empleados en el extranjero, en el que nuestros colegas viajan y viven en otras regiones durante períodos prolongados para absorber diferentes culturas, construir relaciones y compartir conocimientos. Nunca sabemos de dónde surgirá nuestra próxima gran idea, por lo que asegurarnos de que nuestros colegas trabajen en colaboración es fundamental para nuestro éxito; por eso, esto es de vital importancia para mí.
Al comienzo de este blog, mencioné que las exigencias de mi tiempo y energía son constantes y el desafío de mantener una agenda repleta a veces puede resultar abrumador. He aprendido que esforzarse demasiado sin descanso conduce al agotamiento. Lo mismo ocurre con mis equipos. Nuestra empresa se encuentra en medio de un esfuerzo de modernización transformadora, y muchos empleados están asumiendo responsabilidades adicionales hasta que podamos contar con el personal suficiente para satisfacer nuestras necesidades de crecimiento. Para ayudar a nuestros empleados a manejar mejor su carga de trabajo, implementamos algunas reglas en torno a las reuniones. Las limitamos a que duren menos de una hora para que las personas que tienen reuniones consecutivas tengan tiempo para descansar o tomar algo. Les pedimos a los empleados que envíen todo el material que se requiera leer previamente con suficiente anticipación, para que nuestros equipos estén preparados y las reuniones sean más productivas. Y mantenemos los viernes libres de reuniones no comerciales importantes para que la gente pueda ponerse al día con el trabajo de la semana.
Probablemente debería haber mencionado antes que solo he sido director ejecutivo durante poco más de tres años. Si bien he ocupado otros puestos de liderazgo en el pasado, este es mi primero al mando de toda una organización. Fue la oportunidad de mi vida y realmente disfruté cada minuto de ello.
Recientemente leí un estudio realizado por la revista Harvard Business Review, “Inside the First Year as a CEO” [Primer año como director ejecutivo], donde se menciona que el 89 por ciento de los nuevos directores ejecutivos estaban sorprendidos positivamente por la “calidad y la dedicación” de los empleados. No puedo decir que me sorprendió la dedicación de nuestros empleados, pero definitivamente aprecio más el compromiso, el talento y la pasión pura que mis colegas aportan a sus trabajos. Nadie maneja solo una empresa global. Cuando se tiene un gran equipo detrás, que le apoya, aconseja, desafía, inspira y lidera a su lado, los desafíos que enfrenta no parecen insuperables. Puedo hacer el mejor trabajo del mundo, pero, lo más importante, es que puedo hacerlo con los mejores compañeros de equipo, y eso hace que todas las noches de trabajo, las innumerables reuniones y las decisiones difíciles a tomar valgan la pena.
*Harvard Business Review, “Inside the First Year as a CEO” [Primer año como director ejecutivo]. 7 de agosto de 2024: Encuesta Russell Reynolds Associates
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