En industrias donde el aire comprimido es un elemento esencial de las operaciones, los compresores confiables que brindan un suministro constante son fundamentales. Las decisiones sobre la reparación o el reemplazo de equipos generalmente se toman de manera considerada y estratégica: ¿qué tan confiable es el equipo actual?, ¿cuándo superarán los costos de funcionamiento a los costos de reemplazo?
Se puede acceder a la información sobre la antigüedad del equipo, los registros de mantenimiento programado y las necesidades de producción previstas, lo que ayuda a tomar decisiones fundamentadas sobre los mejores resultados de rendimiento y cuándo es el momento de considerar una inversión significativa en bienes de capital. Aquellos con una comprensión sólida de su equipo, dónde se encuentra en su vida útil y su condición en un mes determinado, sin duda tienen una ventaja competitiva.
Un concepto familiar para monitorear la confiabilidad del equipo y el estado de vida útil en la industria es la curva de la bañera. Para aquellos que gestionan equipos de alta gama, esenciales para los cronogramas de producción, particularmente durante crisis como el cierre por causa del COVID-19, su relevancia es absolutamente obvia.
La función de peligro de la 'curva de la bañera' (línea continua superior azul) es una combinación de un peligro decreciente de fallas iniciales (línea punteada roja) y un peligro creciente de fallas por desgaste (línea punteada amarilla), además de un peligro constante de fallas aleatorias (línea continua inferior verde).
La curva de la bañera se ocupa de tres etapas dentro del ciclo de vida de un producto. La primera etapa se ocupa de los problemas iniciales derivados de la fabricación o la mano de obra de los equipos nuevos poco después de la compra: la curva tiene pendiente ascendente. Estas ‘fallas infantiles’ a menudo están cubiertas por la garantía y se resuelven fácilmente a través de la asistencia técnica, servicio o con piezas de repuesto. Una vez que se resuelven las fallas infantiles, el equipo de calidad debe pasar sin problemas a la siguiente etapa de ausencia de eventos: la curva se aplana (como la base de una bañera) y el equipo funciona a su capacidad durante gran parte de su vida útil, sin incidentes.
Steve Cowburn, jefe de posventa de Sullair, explica cómo se ve esto desde la perspectiva de una cuadrilla de servicio: “Cuando los técnicos realizan un servicio regular, miden alrededor de 11 o 12 factores: temperatura, presiones, vibraciones, etc. Si estas cosas arrojan mediciones normales en cada servicio, la parte inferior de la curva de la bañera se mantiene. Tan pronto como uno de esos factores cambia de manera constante entre los servicios, sabemos que se está desarrollando un problema”. Aquí es donde entra en juego la tercera etapa de ‘fin de la vida útil’ y es donde las decisiones sobre reparación o reemplazo del equipo se vuelven más complejas.
Los costos continuos de retener un compresor antiguo deben tenerse en cuenta durante la toma de decisiones. Los sistemas de aire comprimido son a menudo la mayor fuente individual de consumo de energía en una planta de manufactura.[1]
“La opción casi siempre será reparar si la diferencia de costos entre ambas decisiones es amplia. Cuanto más se acerque un costo de reparación al costo de reemplazo, lo más probable será que un cliente decida reemplazar”.
Todos los equipos tienen un ciclo de vida determinado por el fabricante, calculado en horas y claramente indicado en los manuales de los productos. Si un compresor de aire tiene una vida útil efectiva de 80,000 horas de trabajo, esto podría traducirse como una vida útil de 10 años durante las 24 horas del día de uso durante todo el año, o bien una vida útil de 20 años para la mitad de ello. Si un compresor está cerca o al final de la etapa de vida útil, las decisiones sobre si reparar o reemplazar se vuelven más esenciales. “No todo el mundo trabaja las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año”, explica Cowburn. “Si el manual indica que se necesita un servicio a las 60.000 horas, entonces cualquier problema potencial puede detectarse dentro de la vida útil de la máquina y no al final de su vida útil, cuando podría ser demasiado tarde”.
Tener una idea clara de la curva de la bañera con respecto al equipo que se gestiona es imperativo para predecir por cuánto tiempo las reparaciones pueden prolongar la vida útil del equipo, cuándo se requerirá un reemplazo y si el gasto de inversiones en bienes de capital (CapEx) debe tenerse en cuenta en el presupuesto. Como es de esperarse, las empresas que han hecho del mantenimiento programado de compresores una prioridad clave han podido hacer la transición sin problemas a través de las dificultades. Para ellos, el servicio se convirtió en una herramienta clave de mitigación de riesgos.
La dependencia del compresor de una empresa varía según su tamaño y sus necesidades continuas de aire comprimido. Las operaciones más pequeñas pueden tener más flexibilidad para hacer malabarismos con los trabajos mientras se pide, entrega e instala una pieza de repuesto; por su parte, las operaciones más grandes generalmente tienen sistemas de respaldo complejos que se activan en caso de defectos o fallas del equipo. Cuanto más esencial sea el suministro de aire, más probable es que se cuente con un suministro de respaldo. La forma en que una empresa gestiona el funcionamiento de sus compresores depende de la importancia que tenga para las operaciones de esa empresa. Cuanto más fundamental sea el equipo, más analizadas se vuelven estas decisiones. El aire comprimido que falla puede ser una gran responsabilidad con pérdidas millonarias si tan solo se ve afectado un día de producción.
Las decisiones sobre la gestión de equipos son complejas. Un enfoque concienzudo para tomar estas decisiones siempre debe implicar un análisis exhaustivo de los costos involucrados, las ventajas y las desventajas (consulte la tabla a continuación) y los requisitos operativos críticos. Una buena dosis de experiencia tampoco sobra nunca.
Reparar | Reemplazar |
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Ventajas
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Ventajas
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Desventajas
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Desventajas
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Fuente: “My compressor has failed! Repair or Replace?” [¡Mi compresor ha fallado! ¿Reparar o reemplazar?], Steve Cowburn |
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