¿Alguna vez hizo una gran compra y luego pensó: “¿Ahora dónde lo pongo?”? Una consideración atenta respecto a dónde colocará su nuevo sistema de aire comprimido es tan importante como el propio sistema. La selección y el diseño del área para su sistema de compresores de aire de tornillo rotativo estacionarios es más que simplemente despejar espacio en un área de almacenamiento: se trata de preparar sus instalaciones para una eficiencia y seguridad a largo plazo, a la vez que minimizar las inversiones en bienes de capital. Desde la ubicación hasta la ventilación, una planificación cuidadosa desde el principio puede contribuir en gran medida a maximizar el uso, el rendimiento y la perdurabilidad de los compresores.
La ubicación de la sala de compresores dentro de su planta de manufactura puede marcar una gran diferencia, no solo en los costos de instalación, sino también en la eficiencia y el rendimiento general del sistema. Por ejemplo, colocar la sala de compresores lo más cerca posible de la fuente de energía principal puede ayudarle a ahorrar de manera considerable en costos de cableado, a la vez que minimiza las posibles caídas de voltaje. Una ubicación central también ayuda a acortar los tramos de tuberías, lo que reduce el riesgo de pérdidas de presión del aire comprimido.
Otro factor determinante es la condición del piso, que es esencial tanto para el rendimiento como para la perdurabilidad de los compresores. Para los compresores de aire de tornillo rotativo lubricados con aceite, el piso no debe desviarse más de 1/8 de pulgada de esquina a esquina por cada 10 pies. Los compresores centrífugos y de tornillo seco (sin aceite) requieren tolerancias aún más estrictas: entre 0.010 y 0.015 pulgadas. No olvide considerar asegurar sus compresores de mayor potencia; para unidades de 250 hp en adelante, se recomienda enfáticamente fijar la estructura base al piso con un compuesto epóxico. Esto garantiza tanto un contacto total entre la estructura y el suelo como la reducción de la vibración. Si bien las unidades más pequeñas son menos sensibles, el contacto total sigue siendo deseable para la estabilidad y la reducción del ruido.
El diseño de tuberías puede afectar de manera significativa la eficiencia del aire comprimido, en especial en lo que respecta a las caídas de presión y la eficiencia energética. Influyen factores tales como la distancia, el diámetro y el material de la tubería. Los sistemas de tuberías de aluminio, por ejemplo, tienen propiedades de resistencia a la corrosión, poseen una superficie interior lisa y suelen ofrecer una menor resistencia al flujo de aire en comparación con aquellos de acero galvanizado, hierro sin galvanizar o acero sin galvanizar.
Para tramos de tubería más largos, un aumento del diámetro es fundamental para compensar las pérdidas por fricción. Cuanto más lejos se desplaza el aire, mayor es la resistencia que encuentra, lo que puede provocar grandes caídas de presión si no se tiene en cuenta adecuadamente. Cuando se utilizan en particular tuberías de acero galvanizado, hierro sin galvanizar o acero sin galvanizar, una buena regla práctica es incrementar el diámetro de la tubería por cada 20 pies de tramo para ayudar a mantener una presión óptima.
Además, intente evitar codos y accesorios con ángulos agudos en las tuberías al diseñar el sistema. Una red de distribución en anillo, que suministra aire desde dos direcciones, suele ser el diseño preferido para mantener una presión de aire constante.
Mantener la sala de compresores dentro del intervalo especificado de temperatura operativa por el fabricante es fundamental para la confiabilidad de las operaciones y la vida útil de los equipos. Lo ideal sería que las temperaturas ambiente permanezcan por encima del punto de congelación y por debajo de los 105 °F.
Los sistemas de ventilación deben diseñarse para extraer el aire caliente de escape y suministrar aire de entrada que esté lo más limpio y seco posible. Para instalaciones en entornos con mucho polvo o humedad, asegúrese de anticipar intervalos de mantenimiento más frecuentes para filtros e intercambiadores de calor. Sin una ventilación adecuada, los compresores y los sistemas de tratamiento de aire pueden sobrecalentarse, lo que acelera el desgaste de los componentes y reduce la eficiencia operativa.
El diseño de la sala de compresores debe acatar los requisitos aplicables de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) y de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA). Esto incluye la colocación adecuada de desconexiones y disyuntores, la observancia de las pautas de la norma “Superficies para caminar y trabajar”, una iluminación adecuada y la reducción de ruido.
Tenga en cuenta los drenajes de piso que pueda haber en la sala de compresores. Los derrames provenientes de fluidos de compresores o de agentes de limpieza que se utilizan en el mantenimiento podrían llegar a estos drenajes, lo que puede conducir a infracciones ambientales si llegan hasta los sistemas de aguas residuales. Debe haber una contención secundaria para ayudar a prevenir este riesgo.
Los compresores de aire de tornillo rotativo generan un calor considerable durante el funcionamiento; sin embargo, ese calor no tiene por qué desperdiciarse. La incorporación de sistemas de recuperación del calor puede convertirlo en energía utilizable para sus instalaciones.
Respecto a compresores enfriados por aire, el aire de escape se puede canalizar para complementar la calefacción de edificios durante los meses más fríos. Los compresores enfriados por agua pueden transferir el calor recuperado para precalentar el agua de caldera o de proceso, lo que reduce la carga en los sistemas de calefacción existentes y mejora la eficiencia energética general de sus instalaciones.
Piense a largo plazo. A medida que su negocio crezca, es probable que también lo hagan sus necesidades de aire comprimido, lo que puede incluir compresores, secadores o tanques de almacenamiento adicionales más adelante. Diseñar su sala de compresores pensando en la capacidad desde el principio podría ahorrarle mucho tiempo y energía en el futuro. Además, asegúrese de dejar el espacio libre adecuado alrededor de todos los compresores y equipos de tratamiento de aire por razones tanto de seguridad como de funcionalidad. Esto significa que se debe mantener un mínimo de tres pies alrededor de todos los costados de los compresores y secadores, con mayor espacio libre para máquinas más grandes o donde se puedan requerir equipos de maniobras de elevación para la extracción de componentes. No olvide el flujo de trabajo: deje pasillos para montacargas, polipastos o grúas en el diseño.
La sala de compresores es más que un espacio de almacenamiento para equipos: es un entorno específicamente diseñado para sustentar la eficiencia, la seguridad y el crecimiento a largo plazo. Con la planificación correcta de antemano, se convierte en la base de un sistema confiable de aire comprimido. Invierta el tiempo para hacerlo bien y ayudará a que su planta tenga un mayor tiempo productivo, menores costos y menos sorpresas en el futuro.
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